Un artista llamado Chat GPT

 

Con el último auge por la Inteligencia Artificial (IA), crear imágenes con el estilo de cualquier artista ya es posible. Muchas personas, a raíz de esto, están exigiendo protección para los artistas. Los derechos de autor deberían tener más protecciones frente a esta gran ballena blanca. Pero, ¿no estamos frente a una exigencia estéril?

Una de las misiones de la persona que crea arte es: generar una apuesta estética, por medio de una expresión artística. Estas apuestas artísticas sólo se pueden hacer gracias a la experiencia de un artista. Bueno, eso creíamos. Ahora la inteligencia artificial, sin vivencias, puede imitar de manera muy precisa el estilo de un Dalí, Goya, Picasso, Sorolla, cualquiera... Esto generó una gran alerta sobre la relación entre el artista y el consumidor de arte. Sea cual sea el beneficio que reciba el espectador al consumir arte, lo que se quiere es proteger esta relación entre el artista y el espectador por medio de regulaciones estatales ¿Será fértil la idea de proteger las obras con la imposición de normas?

Estas iniciativas de regular la reproducción del contenido podrían funcionar en un corto plazo, el artista podrá protegerse de la reproducción de su obra no autorizada. La protección de la obra de un artista en Colombia dura toda su vida y 80 años más. Aunque parece ser un tiempo muy extenso, no es mucho para la IA. La protección de los derechos de autor al artista individual puede ser buena, pero la relación del artista y el consumidor, seguramente, cambió. Porque ahora los artistas no sólo compiten entre su talento, sino también contra la IA.

La IA es una muy buena aprovechadora de las oportunidades, sabe crear contenido rápido, de calidad, elimina las relaciones complejas (como el arte), es hiperproductivo y se adapta a cualquier tendencia. Entonces, ¿dejarán de existir artistas? Seguramente no, el alma de una obra no se limita a un filtro exigido en unas cuantas líneas a la IA. Pero el objetivo de consumir arte para el estudio de su alma se verá desafiado, porque será opacado por la hiperproducción de contenido por parte de la IA. Los artistas próximos deberían ser los más sublevados, ya que la proliferación de estas regulaciones es insulsa para ellos. Para que estas regulaciones tengan algo de efecto primero tiene que haber algo por proteger, pero ¿qué nuevo estilo puede hacer un artista que no pueda hacer ya una IA?, ¿Qué obra puede posicionar un artista frente a la creación de la IA?

Seguramente la nueva pregunta será: ¿Puedo hacer algo que no haga la IA? El desafío es muy grande para casi cualquier profesión, la última semana les tocó a los artistas, mañana puede ser a los economistas. Lo que tenemos sabido, es que el avance de la inteligencia artificial es muy veloz, las intervenciones estatales para la protección de los derechos de autor no tendrán efecto (si se hacen). Lo único que podría hacer, es entorpecer el funcionamiento de la IA, que muchos beneficios nos ha traído. Seguro Aldous Huxley, tuvo buenos presagios con el soma. El control por medio del placer no está tan lejos como parece.

 


Comentarios

  1. Me gusta en general la idea, muy simple y fácil de entender para el lector.

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  2. Que gran articulo, esta idea me parece increíble y lo bien estructurada que esta.

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